CONDROMALACIA ROTULIANA

Condromalacia rotuliana: una visión actualizada del dolor anterior de rodilla

La condromalacia rotuliana, también conocida como síndrome de dolor femoropatelar, es una patología frecuente que se caracteriza por el reblandecimiento y degeneración del cartílago articular de la rótula y la tróclea femoral. Aunque tradicionalmente se ha considerado un proceso degenerativo, hoy se entiende como una manifestación multifactorial del desequilibrio biomecánico de la articulación femoropatelar, más que una entidad aislada.

¿A QUIEN PUEDE AFECTAR ESTE PROBLEMA?

Afecta comúnmente a adolescentes y adultos jóvenes, especialmente mujeres, atletas, corredores y personas con desequilibrios musculares o alteraciones anatómicas como displasia femoropatelar, pies planos o genu valgo. Factores de riesgo adicionales incluyen el sobrepeso, entrenamiento inadecuado, mala técnica deportiva, debilidad del cuádriceps (especialmente del vasto medial) y antecedentes de traumatismo o cirugías previas.

SÍNTOMAS, SÍGNOS Y DIAGNÓSTICO

Los síntomas suelen incluir dolor en la parte anterior de la rodilla que empeora al subir o bajar escaleras, estar sentado por períodos prolongados (signo del cine) o al realizar actividades de impacto. Puede acompañarse de chasquidos, crepitación o sensación de inestabilidad. La exploración física revela sensibilidad en el borde medial de la rótula, signos de mal alineamiento y pruebas positivas como el test de Zohlen o el grind test.

El diagnóstico es clínico, pero se apoya en estudios de imagen. La radiografía axial de rótula permite evaluar la alineación y posibles signos degenerativos, mientras que la resonancia magnética es el estándar de oro para valorar el estado del cartílago y descartar otras patologías intraarticulares. La clasificación de Outerbridge (grados I-IV) es útil para determinar la severidad del daño condral.

TRATAMIENTO DE LA CONDROMALACIA ROTULIANA

El tratamiento conservador es la primera línea en la mayoría de los casos. Incluye fisioterapia enfocada en el fortalecimiento del cuádriceps, especialmente el vasto medial oblicuo, corrección de la biomecánica, estiramientos, control del peso, plantillas ortopédicas si hay alteraciones del apoyo y modificación de la actividad. También se pueden utilizar analgésicos, AINEs y terapia con ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas (PRP) en casos seleccionados.

Cuando el tratamiento conservador fracasa tras 6 meses, puede considerarse el abordaje quirúrgico. Las opciones incluyen condroplastía artroscópica, técnicas de restauración condral como microfracturas, injertos osteocondrales (OATS), implantes autólogos de condrocitos (ACI) y técnicas de realineación patelar como liberación lateral, reconstrucción del ligamento patelofemoral medial (MPFL) o osteotomías tibiales (Tecnica de Fulkerson o anteromedializacion de la tuberosidad tibial de la tibia o TTA). La elección depende del grado de lesión, la alineación, edad, nivel de actividad y comorbilidades del paciente, siendo esencial una evaluación individualizada según la evidencia más reciente.