Las lesiones condrales son daños en el cartílago que recubre las articulaciones, como la rodilla o el tobillo. Este cartílago actúa como una superficie lisa que permite el movimiento sin fricción. Cuando se lesiona, ya sea por un golpe, sobrecarga o desgaste, pierde su capacidad de proteger la articulación, lo que puede causar dolor y limitar el movimiento. El gran problema es que el cartílago no se regenera fácilmente, ya que carece de vasos sanguíneos y nervios, lo que hace que estas lesiones sean difíciles de tratar.

Estas lesiones son comunes en personas jóvenes y activas, especialmente en deportistas, aunque también pueden aparecer con la edad o en personas con sobrepeso. El riesgo aumenta si hay antecedentes de lesiones en la articulación, desequilibrios en la pisada o deportes que exigen mucho impacto a las rodillas, como el fútbol o el baloncesto.

Entre los síntomas más frecuentes están el dolor en la articulación, sensación de que “algo se traba” o hace ruido dentro de la rodilla, y dificultad para moverse con normalidad. A veces también se nota hinchazón, derrame o se pierde fuerza en la pierna. Estos síntomas suelen avanzar poco a poco y pueden confundirse con otras lesiones si no se hace un buen diagnóstico.

Para detectar una lesión condral, lo más importante es hacer una buena exploración física por un profesional cualificado y experimentado en este tipo de lesiones. Después, se puede pedir una resonancia magnética, que ayuda a ver el estado del cartílago. En casos más complejos, se realiza una artroscopia, que permite observar directamente el interior de la articulación con una pequeña cámara.

El tratamiento depende de varios factores: el tamaño del daño, la edad de la persona y su nivel de actividad. Cuando la lesión es pequeña y no afecta demasiado, se puede optar por un tratamiento conservador con reposo, fisioterapia y medicamentos para el dolor. Estudios recientes demuestran que el tratamiento con Plasma Rico en Plaquetas en la articulación reduce los factores inflamatorios que se producen tras una lesión y favorece la recuperación de la capa mas superficial de condrocitos (celular del cartílago). Es un tratamiento sencillo y que se realiza en consulta.

Si el daño es más grande o el tratamiento inicial no funciona, hay varias opciones quirúrgicas. Entre ellas están las microfracturas (que estimulan la reparación del cartílago), los injertos como la mosaicoplastia (trasplante de cartílago sano de otra zona de la articulación), inyecciones intraoseas de PRP sobre el hueso adyacente a la lesion de cartílago, y por ultimo técnicas avanzadas tipo MACI o PRP-PACI. Muy desarrolladas en los últimos años, entre otros por el Dr. Ramón Cugat, que consiste en extraer células del cartílago del propio paciente, cultivarlas en una membrana especial con Plasma Rico en Plaquetas y luego implantarlas en la zona dañada. Según estudios recientes, esta técnica ofrece muy buenos resultados, sobre todo en personas jóvenes y activas con lesiones de más de 2 centímetros cuadrados.